Hay una frase de Antoine de Saint-Exupéry que me inspira enormemente:
La perfección se consigue, no cuando no hay nada más que se pueda añadir, sino cuando no hay nada más que se pueda retirar.
No puedo estar más de acuerdo. Generalmente, tendemos a tener un pensamiento más bien «barroco» respecto a nuestras posesiones. Es decir, que cuando más tengamos, mejor. Yo por el contrario, me siento más atraído por la relación entre Minimalismo y Felicidad.
Personalmente, llevo unos años en los que por diversas circunstancias me he tenido que mudar de casa varias veces. El caso es que, personalmente, cuanto más cosas veo que tengo, más cosas creo que no necesito realmente. Digamos que hasta me llego a agobiar de ver todos esos trastos que conservo «por si acaso algún día los necesito», y luego veo que ese día no llega nunca. O si llega, el uso que le acabo dando a los trastos es tan mínimo, que no me compensa el coste de almacenarlos.
En línea con este pensamiento, la corriente minimalista apuesta por despojarse de todo lo sobrante, un pensamiento heredado del Budismo Zen.
Eliminar lo superfluo para disfrutar de lo esencial
La idea subyacente se reduce a esto. Tratar de eliminar de nuestra vida aquellas cosas que realmente no nos aportan nada. Lo primero que viene son objetos materiales. Las típicas cositas decorativas que tenemos por la casa, los apuntes de la carrera ocupando sitio en el armario, toneladas de ropa que nunca nos ponemos pero que nos sabe mal tirar…
Pero no sólo eso… también hay cosas intangibles que generan ruido a nuestro alrededor. Desde las tareas de nuestro día a día (la cantidad de cosas que pensamos que tenemos que hacer, hasta la cantidad de amigos con los que interactuamos, pasando por nuestros hobbies y aficiones.
No digo que haya que eliminarlos todos, pero sí tratar de concentrarnos más en los que realmente nos aportan. Sin duda tenemos muchos compromisos sociales a los que acudimos porque nos sentimos obligados, pero también hay que pensar que éstos nos quitan energía para dedicar a lo que realmente nos importa. Al final, se trata de establecer nuestras prioridades.
¿Qué opinas tú de esto?
Me parece muy importante y aportante y hay que entrar a analizar gracias
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